viernes, 19 de junio de 2009

Carta de Legisladores pidiendo la renegociación del TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés.

Compañeros, me parece de suma importancia conocer que un grupo de legisladores han hecho llegar al Primer Ministro de Canadá, al Presidente de los Estados Unidos y al Presidente de México una petición para renegociar el TLCAN, ahora que se cumplieron 15 años desde que entró en operación este tratado y que ha tenido resultados muy diferentes a los esperados y a los prometidos por los gobiernos de estos países a sus ciudadanos. Espero que les sirva, sobre todo a los estudiosos de las Relaciones Internacionales, más allá de ser un tema de interés general.

11 Junio 2009


Primer Ministro Stephen Harper
80 Wellington Street
Ottawa K1A 0A2 CANADÁ

Presidente Barack Obama
1600 Pennsylvania Ave NW
Washington, DC 20500 Estados Unidos

Presidente Felipe Calderón
Túnel de la Mortadela, Planta baja,
Col. Centro, Deleg. Cuauhtémoc.
C.P. 06067. México, Distrito Federal. MÉXICO

Estimados Primer Ministro Harper y Presidentes Obama y Calderón:
Quince años después de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), es evidente que muchas de las ventajas prometidas en el acuerdo no se han hecho
realidad. Como miembros de nuestros Parlamentos y del Congreso en Canadá, México y Estados
Unidos así como de la sociedad civil, les pedimos, a nombre de los ciudadanos a los que representamos, que consideren un nuevo modelo de comercio centrado en las personas; queremos asegurar un comercio justo con calidad de vida para nuestros pueblos y protección medioambiental como principios primordiales de las Américas. Debemos remodelar los acuerdos comerciales en América del Norte a fin de asegurar una mejora de los niveles de vida para nuestros pueblos. Desgraciadamente, el TLCAN ha agravado la pobreza en todo el continente. Está claro que el TLCAN no está funcionando para la gran mayoría de los habitantes de América del Norte. Ha fracasado de forma fundamental. Como legisladores en nuestras respectivas cámaras, hemos expresado inquietudes sobre el hecho de que el TLCAN promueve la nivelación hacia abajo más que el desarrollo equitativo en los tres países.

El constante aumento del costo de la vida en nuestros tres países, los millones de agricultores
mexicanos desarraigados a los que los obligo a dejar sus tierras, una infraestructura fronteriza al límite de su capacidad que contribuye al tráfico ilegal de estupefacientes y armas, un número imparable de trabajadores sin documentar y el descalabro sufrido por las comunidades dependientes del sector manufacturero en Canadá y Estados Unidos son síntomas de una política comercial deficiente cuyo objetivo no era enriquecer las vidas de nuestros pueblos, sino lograr el beneficio económico de unos pocos. En Estados Unidos, México y Canadá, la disparidad de ingresos ha crecido de forma espectacular en los casi quince años desde que empezó a aplicarse el TLCAN. En Canadá, la situación económica de las familias es actualmente peor de lo que era cuando se implementó el primer acuerdo en 1989. Cada día más canadienses trabajan más duro pero apenas llegan a sobrevivir. Desde 2002 se han perdido más de 291.000 puestos de trabajo en el sector manufacturero canadiense, y las comunidades dependientes de la industria maderera de la construcción y otros sectores en Canadá se encuentran en una situación cada vez más difícil. El TLCAN ha hecho desaparecer buenos empleos en América del Norte, ha destruido el campo mexicano, ha agravado nuestra crisis de inmigración, ha acabado con la pequeña y mediana empresa mexicana, ha incumplido sus promesas en materia de inversiones en infraestructura y ha golpeado a comunidades de toda la Región. Ha llegado el momento de que México, Canadá y Estados Unidos trabajen juntos para cambiar este modelo comercial fracasado. Es imprescindible que los legisladores de los tres países socios de América del Norte colaboren en la formulación de un paradigma alternativo que tenga en cuenta la soberanía de cada nación, la protección ambiental, la competitividad económica, la migración, los derechos de los campesinos y los derechos laborales dentro de un estado de derecho. Debemos trabajar en estrecha cooperación con las organizaciones de la sociedad civil para poner en marcha un enfoque progresivo centrado en el bienestar de los seres humanos, independientemente de los ingresos, como razón de ser de las políticas públicas.
Los legisladores de nuestros respectivos países establecieron en marzo de 2008 un Grupo de Trabajo para ayudar a promover la renegociación del TLCAN. Nos hemos dirigido a los tres gobiernos para instarles a que examinen de forma abierta los efectos del TLCAN en las personas, las comunidades y las regiones. El Grupo de Trabajo sobre la Renegociación del TLCAN cuenta con el apoyo de nuestros respectivos partidos políticos. Como miembros del Grupo de Trabajo, nos comprometimos a promover en nuestras respectivas legislaturas la renegociación del TLCAN. Los objetivos del Grupo de Trabajo incluyen transformar el TLCAN a fin de lograr una política comercial justa. Este modelo de comercio justo ha sido concebido con vistas a salvaguardar la soberanía de los tres países, incluye medidas de aplicación obligatoria para la protección de los trabajadores y el medio ambiente, y permite a nuestros tres gobiernos reglamentar en los terrenos de mutua preocupación en interés del público. El Senado de México aguarda con interés acoger un encuentro de este Grupo de Trabajo Trinacional en un futuro próximo.

Es imprescindible que reconozcamos ya que el comercio no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr el desarrollo sostenible. A fin de que nuestro continente pueda disfrutar de una prosperidad y desarrollo más generalizados, debemos establecer un modelo de comercio justo que responda no sólo a una lógica económica, sino que también se base en normas y principios éticos. Este principio se aplica a otras áreas y no se limita simplemente a las disposiciones en el terreno laboral o medioambiental. Aunque éstas sean importantes, no se puede descuidar otros ámbitos clave como el del estado de derecho, los derechos humanos, el desarrollo humano sostenible y la erradicación de la pobreza. En nuestra calidad de legisladores, deseamos trabajar con Ustedes y con sus gobiernos para elaborar ese modelo que respete los derechos democráticos de los ciudadanos y sus entornos por encima de los mercados, y que incluya la participación constructiva de todas las personas afectadas por el comercio.

Creemos que la elaboración de nuestro modelo de comercio justo progresivo contribuirá al desarrollo sostenible. Debemos mantenernos firmes respecto a nuestro compromiso de gobernar teniendo como objetivo el interés del público más que el mero interés de las empresas, ofreciendo mejores condiciones de comercio a los productores y trabajadores marginados en México, Canadá y Estados Unidos, y protegiendo sus derechos. Nuestras tres naciones están colaborando para establecer mejores relaciones de cooperación comercial que apoyen los principios de la justicia social, la sostenibilidad medioambiental y los derechos humanos. Deseamos colaborar también con los actores de la sociedad civil, las organizaciones campesinas y los sindicatos laborales de los tres países mientras proseguimos con la elaboración de un modelo de comercio justo que permita lograr la prosperidad para todos.

Mientras nuestras tres naciones prosiguen sus conversaciones sobre el futuro de nuestras relaciones comerciales, consideren la posibilidad de dejarnos participar, como socios dispuestos a colaborar, en el desarrollo del comercio justo en nuestro continente.

Muy atentamente,

Peter Julian, Deputado (Burnaby-New Westminster) y Portavoz de comercio internacional del Nuevo Partido Democrático de Canadá (NPD)

Congresista Marcy Kaptur (D-Ohio)

Congresista Mike Michaud (D-Maine)

Yeidckol Polevnsky, Senadora mexicana del PRD y vicepresidenta del Senado

Víctor Suárez, Legislador anteriores de México y director de Asociación Nacional de Empresas
Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC)

Rúbricas ilegibles al calce.