martes, 3 de enero de 2012

Locatel y Peña Nieto en La rosa de Guadalupe



Política cero
Jairo Calixto Albarrán

2012-01-03•Al Frente

Por quién sabe qué oscuras razones del gobierno capitalino, seguramente relacionados por su freudiana necesidad de no encontrarse, en un arranque muy del estilo del ex secre del Trabajo Javier Lozano, el terror del proletariado sin cabeza, echó a patadas a 110 trabajadores de Locatel, esa añeja institución especializada en localizar extraviados y extravíos.

Si por sí es difícil dar con objetos perdidos en esta ciudad, con ese recorte de personal ya no podremos llamar al 5658-1111 con la esperanza de dar con el unicornio que ayer se nos perdió, sino que tampoco nos podrán auxiliar con temas torales que nos perturban a los mexicanos. A saber, por ejemplo, dónde extravió el sentido común el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwel, como para que haya declarado, palabras más palabras menos, que sería una estupidez pensar que un logotipo en calzón pudiera afectar un proceso electoral al grado de anular unos comicios como los de Morelia. Es decir, que la imagen del boxeador Juan Manuel Márquez, portando el símbolo del partido tricolor durante su pelea contra Manny Pacquiao, en Las Vegas, frente a millones de espectadores televisivos, buena parte de ellos michoacanos al borde de votar, de ninguna manera afectaba el destino de los comicios.

Una lógica aparentemente huarachuda pero que para los choznos de don Plutarco tiene su sustento, pues, según ellos, sólo quienes realmente creen en las tesis de Octavio Paz y Samuel Ramos sobre la empatía enfermiza de los mexicanos por los perdedores, podrían imaginar que ante la derrota de Márquez por la decisión parcial de los jueces a favor del filipino, a los morelianos les dio por apoyar al derrotado que llevaba las siglas del PRI en calidad de adorno en su calzón.

A lo mejor en el PRIcámbrico temprano, a pesar de gastar fortunas en publicidad, no saben lo que viene siendo los intríngulis de la comunicación política.

En un principio todo parecía bueno por civilizado, ya que a pesar del “endeble argumento”, Pedro Joaquín anunció que acatarían la resolución del Tribunal Electoral de Michoacán en vez de hacer panchos como otros. Sin embargo, ya salió a la palestra Peña Nieto a hacer berrinches telenoveleros, alegando que la anulación era una afrenta para los morelianos, mientras le exigía a Calderón que sacara las manos de la entidad. Un discurso que parecía sacado de los capítulos más cursis de La rosa de Guadalupe. Nomás falta que Quique Bieber se queje con la señorita Laura.

¿Y en lo que queda de Locatel nos echarán una manita siquiera para saber dónde tirar la basura en su lugar? Quién iba a decir que un día los defeños extrañaríamos el Bordo de Xochiaca.

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